Una radiografía urgente de la siniestralidad vial en Ecuador
La seguridad vial en Ecuador continúa siendo un desafío estructural que exige respuestas firmes y sostenidas. Aunque ciertas cifras muestran una mejora leve, los niveles actuales de siniestralidad son alarmantes. Solo en el primer trimestre de 2025, se registraron aproximadamente 4.800 siniestros de tránsito en el país, con más de 560 fallecidos y más de 4.000 lesionados, según datos de la ANT e INEC. Esta situación requiere una mirada integral que combine prevención, educación y fortalecimiento institucional.
Los grupos más vulnerables siguen siendo los motociclistas, peatones y jóvenes de entre 18 y 29 años. Las ciudades más afectadas —Quito, Guayaquil y Cuenca— concentran el mayor número de víctimas. De manera preocupante, Quito reportó más de 600 accidentes en apenas dos meses, con un 70 % de víctimas entre peatones y motociclistas. La seguridad vial en Ecuador se ve amenazada por prácticas como el exceso de velocidad, la imprudencia al conducir y el irrespeto a las normas.

El rol del seguro como herramienta de protección y prevención
Desde la perspectiva del sector asegurador, la seguridad vial en Ecuador no solo implica costos financieros por indemnizaciones o atención médica. También representa una oportunidad para construir una cultura de prevención. María Augusta Lucio, de Seguros Alianza, afirma que el seguro vehicular no es un gasto innecesario, sino una inversión que puede salvar vidas y proteger patrimonios familiares.
Lamentablemente, solo tres de cada diez vehículos están asegurados. Esto deja a la mayoría de conductores en situación de vulnerabilidad ante los múltiples riesgos del tránsito. En accidentes con lesiones moderadas, los gastos médicos pueden superar los USD 50.000, lo cual demuestra la urgencia de fomentar el aseguramiento.
Retos actuales y propuestas para una movilidad más segura
Nuevas dinámicas de movilidad, como el uso extendido de motocicletas, scooters eléctricos y la presencia creciente de conductores jóvenes, agravan el panorama. Además, persiste la debilidad en la formación de quienes obtienen licencias de conducir. Esto hace indispensable reforzar los contenidos formativos con enfoque en responsabilidad, ética vial y conciencia social.
Las aseguradoras están llamadas a ir más allá del rol financiero, promoviendo educación, prevención y campañas activas de concienciación. La seguridad vial en Ecuador debe ser un objetivo nacional que convoque a todos los actores: ciudadanos, gobiernos locales, instituciones educativas y sector privado.
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