En medio de crecientes denuncias por suplantación de identidad en Ecuador, se han sumado voces que revelan una arista alarmante. Los jubilados, en especial maestros y doctores, están siendo blanco de una red de delincuencia organizada. Esta delincuencia opera con aparente complicidad interna en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y su entidad financiera, el Biess. Las víctimas no solo pierden dinero, sino que enfrentan angustia y desgaste emocional. Además, temen denunciar por posibles represalias.

Miedo, silencio y una red que opera desde dentro
Harry Valarezo, presidente de la agrupación de maestros jubilados, advierte que el número de afectados es considerable. Sin embargo, muchos prefieren el silencio por miedo. “Hay temor de sentar la demanda en la Fiscalía. Temor a que los ataquen por represalias”, señaló. Según Valarezo, el respaldo de la Defensoría del Pueblo del Guayas ha sido clave. Ha permitido que algunos casos se visibilicen. Pero aún se requiere una respuesta más firme y estructural por parte del Estado.
Casos alarmantes: préstamos ilegales y alteración de datos
Uno de los casos más graves es el del doctor Víctor Flores, quien relató que a su nombre se gestionó un préstamo quirografario de 25.000 dólares. Este préstamo, con intereses, asciende a 35.000. “Me dijeron que yo mismo cambié mis datos personales, pero he demostrado que ese día estaba dando una conferencia médica en el extranjero”, explicó. Su caso demuestra que el robo no se trata de simples fallas de seguridad del usuario. En realidad, hay una red de corrupción que modifica datos internos del sistema para cometer fraudes.
Flores aseguró que el cambio de sus datos ocurrió en una agencia del IESS en Durán. En su opinión, la complicidad se extiende incluso a ventanillas del propio Instituto. “A veces nos dicen que un familiar hizo el trámite, o que descuidamos la clave. Pero eso no aplica a muchos de nosotros”, remarcó.
Impunidad, burocracia y falta de acción
Uno de los principales reclamos de los afectados es la lentitud del sistema judicial. Los procesos avanzan con extrema demora. La Fiscalía no ha emitido acciones contundentes. “La situación amerita que se enciendan las alertas en el IESS y en el Biess”, señala Valarezo. También menciona el caso de una viuda de 80 años a la que se le sustrajeron 9.000 dólares. Esta viuda no ha podido presentar denuncia por falta de recursos y energía.
La Defensoría impulsa una denuncia colectiva
Gonzalo Ortega, defensor del Pueblo del Guayas, anunció que se presentará una denuncia colectiva de acción de protección ante la Fiscalía. De los cuatro casos denunciados hasta ahora, dos ya han tenido fallo favorable. No solo se detuvieron los descuentos, sino que se ordenó la devolución del dinero cobrado. Sin embargo, Ortega reconoce que muchos perjudicados no denuncian por miedo o por falta de dinero para enfrentar los trámites judiciales.
Exigen respuestas del gobierno y reparación integral
Los jubilados exigen que el presidente Daniel Noboa se pronuncie públicamente sobre estos casos. “Somos un grupo importante que salió a votar y ahora necesita protección”, señaló Mario (nombre protegido), uno de los afectados. No solo se trata de recuperar el dinero. También quieren garantizar justicia y sanciones ejemplares a quienes están detrás de esta red de suplantación de identidad.
Asimismo, piden disculpas públicas y devolución de los montos robados. Exigen el cese inmediato de descuentos indebidos, que en algunos casos ascienden a 800 dólares mensuales. Se espera que la Defensoría del Pueblo publique en los próximos días un informe con recomendaciones para el IESS y el Biess. El objetivo es fortalecer los sistemas de seguridad y evitar futuras estafas.
¿Y ahora qué?
Este escándalo pone en evidencia las graves fallas del sistema informático y de control interno del IESS y el Biess. Estos sistemas deberían proteger a quienes han entregado su vida al servicio público. Los doctores y maestros jubilados son especialmente afectados. La confianza en las instituciones está siendo erosionada. Solo una respuesta rápida, transparente y efectiva podrá frenar la indignación y el temor que se esparce entre los adultos mayores.
Fuente:
EXPRESO
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